Tras de tres años de combates, millones de desplazados y miles de muertes civiles y militares, Ucrania y Rusia no solo han persistido con el conflicto, sino que este sigue escalando en complejidad y teniendo tanto consecuencias humanascomo económicas para los países correspondientes. Todo esto, mientras se intensifican las presiones diplomáticas para alcanzar un alto al fuego.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto un plan de paz que ha sacudido el tablero internacional. Este documento, que ha sido revelado por medios europeos y confirmado por voceros del gobierno estadounidense, muestra el reconocimiento formal de la soberanía rusa sobre Crimea, así como la aceptación del control ruso sobre otras regiones ocupadas en Ucrania desde el inicio de la invasión.
Además, el plan contempla la renuncia de Ucrania a ingresar en la OTAN, una de sus principales demandas desde el inicio de esta guerra. En su lugar, se ofrecería a Kiev un conjunto de garantías de defensa por parte de Estados Unidos y otros países occidentales, sin llegar a integrar formalmente la alianza militar.
La respuesta del presidente ucraniano, VolodímirZelenski, calificó esta propuesta como una “rendición disfrazada” y recordó que ninguna autoridad ucraniana puede legalmente entregar territorio soberano. Zelenski declaró desde Londres, donde participó en una cumbre de líderes europeos que:“Ceder Crimea o cualquier otra región ucraniana no es una opción. Sería validar la ocupación y reforzar que la fuerza militar domina sobre el derecho internacional”.
Por el lado estadounidense, el presidente Trump ha endurecido su postura. En sus recientes declaraciones, acusó a Zelenski de ser un “obstáculo para la paz” y de “poner en riesgo a su pueblo por orgullo nacionalista”. También sugirió que Ucrania podría perder todo el país si no acepta negociar de forma realista, lo que ha provocado un aluvión de críticas tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Estas disputas siguen en aumento debido a que este miércoles el vicepresidente de los Estados Unidos, James David Vance, propuso a los dos presidentes que como movimiento final para poder alcanzar un acuerdo de paz entre las dos partes, sería necesario un congelamiento de fronteras sin cambiar como están actualmente.
Mientras la guerra sigue, el mundo observa dividido. Estados Unidos parece inclinarse por una resolución proclamada y rápida, incluso a costa de concesiones, mientras Ucrania, apoyada por algunos aliados europeos, insiste en que la paz no puede construirse sobre la entrega forzosa de territorio soberano.
Foto: Genya Savilov (AFP). Extraída de Elmundo.es