Sábado, Mayo 17, 2025

Lo más leído

Noticias Relacionadas

El legado que deja la partida de Pepe Mujica

José Mujica, expresidente de Uruguay, exguerrillero tupamaro, figura clave del progresismo latinoamericano y símbolo mundial de la austeridad en el poder, falleció el lunes 13 de mayo a los 89 años en su chacra de Montevideo. Su legado atraviesa generaciones y fronteras, tanto por sus reformas como por su ejemplo ético de vida sencilla, coherencia política y defensa de la democracia.

José Alberto Mujica Cordano fue uno de esos hombres cuya biografía parece extraída de una novela latinoamericana. Fue guerrillero, preso político, presidente y campesino. Nació el 20 de mayo de 1935 en Montevideo y vivió casi toda su vida en el barrio Paso de la Arena. Fue integrante del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros en los años 60, organización de izquierda armada que enfrentó al sistema político uruguayo en tiempos de represión. Fue herido de bala, detenido y sometido a condiciones inhumanas durante casi 13 años, en las que vivió largos períodos de aislamiento y tortura. Tras el retorno de la democracia en Uruguay, en 1985, fue liberado junto a otros presos políticos y, lejos de buscar venganza, optó por la vía institucional, integrándose al Frente Amplio, coalición de izquierda por la cual fue diputado, senador, ministro de Ganadería y finalmente presidente de la República entre 2010 y 2015.

Durante su mandato, Uruguay fue pionero a nivel mundial en aprobar leyes como la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del mercado de la marihuana desde el Estado. Pero fue su estilo de vida más que sus leyes lo que le dio proyección internacional. Mujica rechazó vivir en la residencia presidencial, donó gran parte de su salario y continuó habitando su modesta chacra, donde cultivaba flores junto a su esposa y compañera de lucha, Lucía Topolansky. Su famoso Volkswagen escarabajo azul fue la metáfora rodante de su forma de entender la política, sin lujos, sin distancias con el pueblo.

El mundo lo despidió con respeto y emoción. El presidente de Brasil, Lula da Silva, escribió en su cuenta de X: “Pepe Mujica fue un ejemplo de ser humano. Fue un presidente honesto, un político de convicciones y un compañero comprometido con el pueblo. Su legado no será olvidado”. Desde Chile, el presidente Gabriel Boric expresó por el mismo medio: “Gracias Pepe Mujica por tu ejemplo de vida, por tu consecuencia ética, por enseñarnos que el poder no vale nada si no se lo pone al servicio de la gente”.

El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero también se refirió a él, destacando en declaraciones para el medio El País: “Fue un sabio campesino con voz de Estado. Un humanista comprometido con la justicia social y con la vida”

El periodista uruguayo Mauricio Rabuffetti, quien escribió un libro sobre él, lo describió como “un político que nunca se sintió cómodo en el poder, pero que supo usarlo para hacer avanzar las ideas en las que creía”. Incluso el expresidente colombiano Juan Manuel Santos, Nobel de la Paz, compartió una reflexión en CNN: “El mundo pierde una voz moral. A veces parecía que hablaba en parábolas, como un campesino sabio, pero sus ideas calaban profundo en quienes aún creemos en la política con alma”.

En 2020, Mujica se retiró del Senado por razones de salud y edad avanzada. “Me voy porque el virus me está echando”, dijo entonces con su particular sentido del humor, refiriéndose al covid-19.

A finales de 2024, anunció que padecía cáncer de esófago y optó por no someterse a tratamientos invasivos. “He vivido con intensidad y sin lujos. No le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo a dejar de vivir con sentido”, dijo en una entrevista con la emisora M24.

Su funeral fue multitudinario. Decenas de miles de personas lo despidieron en Montevideo. Ciudadanos de todas las edades le llevaron flores, banderas del Frente Amplio, retratos hechos a mano y pancartas con frases como “Gracias, Pepe”, “Ejemplo eterno” y “Un político como pocos”. Fue enterrado en su chacra, tal como lo había pedido, junto a los árboles y el paisaje que amó toda su vida.

José Mujica no fue un político perfecto, pero sí un hombre honesto y profundamente coherente. Dejó una lección que excede las ideologías. Su legado es un llamado a la humanidad en la política, un recordatorio de que vivir con poco puede significar dar mucho. Y que los líderes que predican con el ejemplo dejan raíces mucho más hondas que aquellos que solo levantan la voz.


Foto: Pata Eizmendi. Extraída de Cnnespanol.cnn.com

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Lo último