El polvo de ladrillo de París volvió a hablar en Roland Garros 2025. El torneo ya está llegando a sus días finales, tanto en el cuadro masculino como en el femenino, con nombres que mezclan presente y legado. Hay que recordar que esta edición del torneo comenzó con el emotivo homenaje a Rafael Nadal, el rey indiscutido de la Philippe Chatrier.
En el cuadro femenino, se prepara una final de alto voltaje entre Aryna Sabalenka y Coco Gauff, las dos mejores del ranking WTA, que han demostrado su dominio en la temporada de arcilla. Sabalenka, número 1 del mundo, llega tras una contundente victoria sobre Iga Swiatek, alcanzando su primera final en este torneo. Por su parte, Gauff, número 2 del mundo, superó sin problemas a la revelación francesa Loïs Boisson, consolidando su segunda presencia en la final parisina.
Ambas jugadoras suman 17 victorias en arcilla este año, liderando el circuito. Su historial de enfrentamientos está igualado 5-5, con un empate también en duelos sobre polvo de ladrillo. La final promete ser un choque de titanes, con Sabalenka que busca su primer título en Roland Garros y Gauff ansiosa por coronarse tras su experiencia previa en 2022.
En cuanto a las semifinales masculinas, Carlos Alcaraz avanzó tras la retirada de Lorenzo Musetti en el cuarto set y Jannik Sinner venció con autoridad a Novak Djokovic en tres parciales. Los dos mejores del ranking ATP —al igual que la rama femenina— vienen de brillantes actuaciones en el torneo parisino. El español, campeón defensor, llega con apenas dos sets perdidos en todo el torneo, mientras que el italiano, actual número 1 del mundo, no ha cedido ninguno y atraviesa el mejor momento de su carrera tras ganar este año el Abierto de Australia por segunda vez consecutiva.
Alcaraz y Sinner protagonizarán una final que muchos esperaban como símbolo del recambio generacional en el tenis. El encuentro se jugará en la Philippe Chatrier y promete ser la consolidación de una rivalidad que podría marcar una nueva era en el circuito.
Ignacio Ávila, kinesiólogo con experiencia en formación deportiva en distintas disciplinas de competencia, conversó con Esquina Sur sobre esta edición del torneo. “Los grandes favoritos desde el inicio fueron Alcaraz y Sinner, quienes han dominado el circuito en los últimos dos años y están llamados a liderar el tenis en esta década. Han superado claramente a la generación anterior a ellos —Zverev, Tsitsipas, Medvedev, entre otros— que quedó entre el Big 4 y esta nueva camada, al debe en cantidad de grandes torneos ganados. Solo Medvedev ha logrado ganar un Grand Slam, y para el resto, cada vez parece más difícil conseguir uno”, asegura.
El legado de Nadal
A la espera de lo que será la final de hombres y de mujeres, este Roland Garros marca un quiebre en la historia al ser el primero después de 20 años en donde Rafael Nadal aparece como jugador retirado.
El homenaje al jugador español, realizado al inicio del torneo, estuvo cargado de simbolismo y gratitud. Frente a un estadio lleno y enfundado en camisetas con la frase “Merci Rafa”, Nadal fue acompañado por figuras como Roger Federer, Novak Djokovic y Carlos Alcaraz. Recibió un trofeo conmemorativo y una placa con la huella de su pie derecho junto a la inscripción de sus 14 títulos, incrustada para siempre en la Chatrier.
Rafa Nadal habló en francés, inglés y español, agradeciendo el homenaje y añadió en sus emotivas palabras a sus antiguos rivales. En ese momento el tenis, por unos minutos, dejó de ser un deporte y se convirtió en memoria compartida.
Para Ignacio Ávila, Nadal siempre fue un profesional ejemplar. “A menudo competía lesionado y aun así se mantuvo en un alto nivel. De los tres grandes, fue el más afectado por las lesiones, pero logró mantenerse en la élite hasta 2022, cuando comenzó su declive físico. Me gustaría que Nadal no arrastre consecuencias permanentes ahora que se encuentra retirado y pueda disfrutar plenamente su vida, sostiene.
Roland Garros 2025 avanza hacia su definición, con el legado de Nadal como telón de fondo y nuevas historias listas para escribirse en la tierra que él convirtió en imperio.
